OMORI: Si el terror no te detiene, enfréntate a ello.
No era mi idea principal dedicar la entrada de esta semana a
un videojuego. Tenía planeado alternar entre medios de entretenimiento en cada
momento para no caer en monotonía. Pero deseo con tantas fuerzas hablar de
OMORI, que ya estoy cometiendo una excepción en mi segundo artículo. Pero esta
pequeña disertación va a resumir brevemente mi experiencia con este videojuego,
así como una breve introducción a este y una recomendación personal. No pensaba
hacer una disertación sobre este juego y tenía planeado que, dentro de unas
semanas, hablar en otro artículo sobre uno de los factores clave de OMORI. Pero
el terminarlo ha hecho que quiera difundir lo que he visto. Porque el resultado
final de esas emociones que he vivido es lo que una experiencia videojueguera placentera
creo que es. Y si llega al mayor número de personas posibles, mejor que mejor.
OMORI nos traslada a un mundo onírico creado por la mente de
un niño con sus deseos y sus fobias. Mediante un colorido RPG al más puro
estilo Mother y Undertale, viajaremos por este pintoresco mundo cumpliendo
nuestro cometido y conociendo a personajes súper estrafalarios que sorprenden
que hayan salido de la mente de un chavalín. Pero es más que eso. Si has jugado
ya el juego y lees esto, entenderás a lo que me estoy refiriendo. Pero
simplemente diré que OMORI plantea un viaje entre mundos, desafiando la lógica
para superar miedos y traumas que volverían loca a la más cuerda de las
personas. Lo que se dice un terror psicológico en su punto. Y eso es algo que
nunca pensé que diría: que he disfrutado un juego de terror psicológico.
No me gustan los juegos de terror. He jugado muy pocos en mi
vida y, como consumidor, me acerco al terror a través de géneros como el
slasher y a través de historias escritas. De modo visual no he tocado en gran
profundidad los temas de este tipo de terror y OMORI ha sido una excepción.
Debo resaltar que empecé jugando este juego por petición y por pasar el rato.
Pero sabía que me iba a asustar. Y hay veces que tenía que taparme los ojos, cosa
de la que me arrepiento. Y ya para rematar este párrafo: OMORI es un juego que
me ha hecho llorar de terror. Soy una persona dada a llorar de emoción o risa,
pero nunca he llorado de puro terror. Y es que este videojuego puede
convertirse, dependiendo de la persona, en una experiencia muy íntima al tocar conceptos
que pueden afectar tu humor y activar tus alarmas.
Cuando enciendes el jueguito y tras aparecer el logo de la
creadora del juego, la diseñadora OMOCAT, saldrá un ‘’trigger warning’’. El
juego te advierte de que menciona elementos como la depresión, la ansiedad y
hasta el suicidio. Y es muy importante que prestes atención a esto porque el
tacto con el que trata estos temas puede ser hasta demasiado real. Pocos juegos,
e incluso pocos medios, he visto que traten estos temas desde un punto tan
psicológico que afecta directamente a tu sensación de confort. Hay ciertas
zonas en el juego que me alegré de jugarlas en compañía y a plena luz del día.
Y ya no es por mis mayores enemigos acérrimos; los jumpscares. Estaba incómodo.
El juego quería transmitirte cuán incómodos pueden ser ciertos pensamientos en
lo más profundo de tu mente. Porque tú, que ojalá que no hayas pasado por tan
malos ratos, sabes lo traicionero que puede ser tu subconsciente.
Analizando otros aspectos más gráficos, visuales y auditivos
de OMORI he de decir que estoy maravillado. Creo que es muy común en estos
días, sobretodo en juegos indie, encontrar un apartado visual y sonoro que
atraiga y encante. Sin ir más lejos, con Tobyfox se marcó un inicio en esta
tendencia ascendente de sorprender al jugador mediante absolutos temazos. Y sí,
OMORI no es la excepción. La música y los efectos de sonido juegan papeles
importantes a lo largo de nuestra travesía. Ciertos sonidos nos ayudarán a identificar
y percibir. Es, sin duda, un elemento que podía hacerse de forma magistral y
pienso que OMORI así lo ha hecho.
Me dejaría en el tintero sin tocar bastantes y bastantes aspectos como pueden ser personajes, motivos, sistema de batalla… Y solo quiero hacer mención por encima a este última. Quizás sea esta para mí, junto a otro pequeño aspecto, donde quizás no he estado tan satisfecho. De entre las numerosas batallas que puedes encontrar en OMORI, una me parece que la idea no está bien ejecutada. Pero no te preocupes pues esta pelea es solo un punto pequeño en este mundo a gran escala. Y quizás el sistema de combate que funciona con emociones, por decirlo así, puede hacerse según el jugador algo monótono o no. He oído de testimonios afirmar que apenas han tenido que recurrir a este sistema y sus trucos en base de completar el juego. En cuanto a mi experiencia, lo que diré es que OMORI me ha hecho valorar los objetos curativos y reflexionar que ha sido de la creencia popular de ‘’dejar los objetos curativos para lo más tarde en la historia posible’’ igual ha perdido fuelle.
Solo tengo un problema principal con OMORI y es quizás su
punto fuerte que juega en su contra. Y es algo que, si he explicado antes sobre su faceta de terror quedaría claro: OMORI no es juego para todos. Para mí, OMORI ha resultado ser un
juego de terror psicológico con un gameplay basado en un sencillo sistema RPG.
Los elementos fuertes en la historia así que como los numerosos elementos
visuales desconcertantes y perturbantes abundan en este juego. Y me sorprende
como todos estos elementos actúan como una fuerte terapia de choque tan rápida,
que lo único que puedes hacer en algunas ocasiones es gritar. Si eres fan de este género, has jugado a juegos similares como
Yume Nikki o Mad Father o no te incomodan esta clase de elementos, este juego
te va a encantar. Y si no, creo que también. Pero si no te apetece pasar miedo
ni tratar con temas delicados como la ansiedad o la depresión, no te aconsejo
dedicar tu tiempo libre en algo que podría incomodarte. Pero, como siempre,
depende de cada jugador.
Ha habido una gran historia detrás del desarrollo de OMORI.
El Kickstarter que empezó en 2014 y que ahora puede disfrutarse desde la
navidad de 2020 no fue más que el principio. El resultado ha sido, para mí, uno
de los mejores RPG-indies que he jugado. Es posible que algún día, en mi
cabeza, lo llegue a comparar con Undertale que lo considero ya un hito de este
género. Y creo que el día que nos llegue una traducción al público que lea
español, el boom será aún mayor.
Tenéis OMORI en steam por menos de 20 euros y con rumor de
que saldrá para otras plataformas. La verdad es que este juego se disfrutaría
genial en switch, a ser sinceros. Me gustaría recomendar a bombo y platillo
este juego, pero, a su vez, diría que pensasen bien la compra antes de lanzar
el dinero a la pantalla. Porque, repito, OMORI puede emocionarte, pero a la vez
asustarte. Simplemente toma aire, céntrate y decide por ti mismo si adentrarte
en esta onírica historia.
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