Review: Return to Monkey Island

 


Se ha prolongado un poco, pero es hora de terminar, en parte, el viaje de retrospectivas que ha acompañado este blog durante 2022: el viaje por Monkey Island. Técnicamente estaría acabado ya de no ser porque, para sorpresa de muchos, un nuevo título se anunció a principios de dicho año. El 19 de septiembre llegaría la sexta y última entrega hasta la fecha de la saga: Return to Monkey Island. Recalco lo de que fue una sorpresa para muchos, yo incluido, que me encontraba todavía jugando la saga a medio camino de completarla. Un mes después de terminar el juego, es hora de abordarlo con ciertas decisiones porque… esto no va a ser una retrospectiva como las demás. Subíos al barco que os lo cuento.

Con los otros títulos de la saga, era bastante sencillo realizar un análisis en detalle del juego; algunos de estos títulos tienen ya más de 30 años, se han hablado hasta la saciedad y la forma de abordarlos está más que estudiada. Durante los cinco títulos anteriores, podías ir por cada sección con vistas atrás pero con Return to Monkey Island hay bastante que analizar y disertar. Por eso mismo, esta review solo se centrará en la parte analítica: una review del juego, por así decirlo. Así que sí, esta review será libre de spoilers y la razón es la existencia de un futuro segundo artículo: en él disertaré sobre la historia y mensaje de este título, así sobre la saga en general. Lo haré cuando termine la lectura del libro divulgativo ‘’Los misterios de Monkey Island’’ que abarca la saga desde su producción y desde el punto de vista de sus creadores. Dicho esto, ¡vamos allá una vez más hacia esta isla llena de monetes!

Return to Monkey Island nos cuenta una vez más una de las trepidantes aventuras del valeroso pirata Guybrush Threepwood. Esta vez va a desenmarañar por todas el Secreto de Monkey Island, algo que oculta esta legendaria isla durante muchísimo tiempo. Pero no será fácil puesto que su némesis y eterno rival (literalmente), el pirata fantasma LeChuck, ansía tener este Secreto antes que Guybrush. Efectivamente, nos lanzamos de nuevo al más puro estilo Threepwood por nuevos y conocidos lugares al mismo tiempo, encontrándonos viejos y nuevos amigos por el camino y usando nuestro ingenio de la forma más tonta posible.

Sin entrar a detalles, la historia es la mejor planteada de toda la saga. Así de simple. No solo es divertida en su base con el procedimiento de nuestros objetivos. Todas nuestras acciones contarán para el fondo de la historia que chocará de lleno con el mensaje que Ron Gilbert y Dave Grossman nos quiere contar. Porque sí, un detalle muy importante que he obviado hasta este momento es vital para este juego: El regreso de Ron Gilbert a la saga. El padre de esta franquicia vuelve a demostrar su talento a la hora de contar una historia y transmitir un mensaje. Esto es material para el siguiente artículo pero solo deciros que aún se respira el sentido del humor de los primeros títulos, incluso si eras escéptico por como iba a trascender con el paso de los años.

¿Y como se combina eso con el gameplay? Pues no es de extrañar que tras años y años en el género de la aventura gráfica, la fórmula ya esté replanteada para su mayor eficiencia. El resultado: un point and click cuya accesibilidad es de las mejores que el género plantea. Ya no solo por la comodidad de haber reducido el número de controles sino el acceso a un sistema de dificultad que no compromete a ninguna clase de jugador y que acerca el juego a todo aquel que desee. Sin embargo, la única barrera sería la gran cantidad de referencias a anteriores juegos; jugar a este título siendo el primer Monkey Island que juegas estaría bien pero no comprenderías muchas cosas. Si te planteas hacerlo y no quieres jugar la saga antes, considera jugarla después de completar Return to Monkey Island y ver en perspectiva todo lo que esta aventura supuso.



Otro elemento curioso de este título es su rejugabilidad: sí, Monkey Island es rejugable por primera vez. Y por rejugable me refiero a la posibilidad de la variación entre partidas; diferentes formas de resolver un puzzle, unos coleccionables a modo de tarjetas de trivia que no conseguirás todos en una sola partida, así como un sistema de logros. Debo recalcar que las tarjetas de trivia es la primera vez que la saga añade un coleccionable y ha sido un acierto rotundo. Estas tarjetas harán preguntas sobre el juego en sí, la saga y hasta la producción de la saga en sí misma. Es un gran homenaje para la franquicia en general.

El apartado artístico del juego fue… criticado. Personalmente, a mí me agrada y al mismo tiempo no tengo mucho que añadir al respecto. Después de jugar la saga, creo que ya se queda por sentado que cada juego tiene su propio estilo, casi por completo. Solo hay que recordar lo caricaturesco de Curse, el 3D regulero de Escape y el 3D más consistente de Tales. Con este estilo más acrílico y pincelado, creo que se le da el toque cómico que Ron Gilbert quería transmitir. Quizás algunos personajes, en especial secundarios, podrían haber tenido un poco más de brillo, pero hay diseños que realmente asombran. Y los fondos dirían que son lo más bonito del juego: el paisaje en conjunto de Return to Monkey Island es mi favorito de la saga así que el estilo artístico, aunque raro para algunos, será convincente para otros. Y la música también está a la altura de la saga, desde temas actualizados hasta nuevas melodías clavadas en mi cabeza ya para siempre.

Algo que suelo comentar es la calidad de los puzzles en cada título, pues son ‘’la chicha’’ del juego. Y además son vitales para la impresión del juego: Curse of Monkey Island me gustó un poco menos debidos a lo rebuscados que eran algunos puzzles. Y aquí, en Return, os puedo decir que han sido mis puzzles favoritos de la saga. La ya mencionada accesibilidad ayuda a todo aquel que lo necesite y los puzzles en sí son divertidos al más puro estilo Monkey Island. En especial, el puzzle de la aduana por poner un ejemplo, refleja esa naturaleza del juego combinado a algo innovador que no se hizo en la saga. Porque sí, tenemos mucho de ese aspecto: ya sea en sus misiones principales que será reminiscencia de algunos títulos como cosas totalmente nuevos como la ya mencionada aduana.



En conclusion, Return to Monkey Island podría ser una de las mejores aventuras gráficas que he tenido en mis manos jugadoras de aventuras gráficas. Su simpleza ayuda muchísimo a encariñarse una vez más con una saga cuya fórmula ya estaba plateadísima. Y con esta historia que plantea, no pude evitar derramar una lágrima al final. Estoy deseando contaros eso durante la disertación final de la saga, que os aseguro enmarcará muy bien mi opinión definitiva sobre la saga a la que le he dedicado dos años muy monos. Muchas gracias por acompañarme en este viaje durante 6 islas distintas pero aún no hemos encontrado el Secreto de Monkey Island. Nos queda un último asunto antes de hacernos de oro, grumetes.

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