Retrospectiva: Monkey Island 2 - LeChuck's Revenge Special Edition
Tras el éxito que supuso Monkey Island, Ron Gilbert volvió
manos a la obra con una secuela para las aventuras del aguerrido pirata
Guybrush Threepwood. Monkey Island 2: LeChuck’s Curse fue lanzado en 1991
principalmente para PC entre otras plataformas distribuido en disquetes y, un
año más tarde, llegaría a España. La recepción fue tremenda, siendo uno de los
juegos más anticipados en su género, además de los mejor valorados. Las puntuaciones
superaban el 90% y marcó un antes y un después no sólo para el género en sí
mismo, sino para ‘’cerrar’’ la curiosa saga que Rob Gilbert tomó inspiración de
una atracción de parque temático.
Para analizar esta disparatada aventura usaremos, al igual que
con la retrospectiva anterior, la Edición Especial que fue lanzada en Julio de
2010 y también recibió buenas críticas, no variando mucho el estilo artístico
de su primera versión, pero sí innovándolo en otros aspectos. Y es hora de
empezar a hablar en profundidad del que es, por el momento, mi entrega favorita
de la saga.
LeChuck’s Curse nos pone de nuevo al control de Guybrush
Threepwood, in media res, colgado de una cuerda en un agujero. Ahí, empezará a
relatarle a Elaine la historia de cómo acabó allí en busca del tesoro
legendario Big Whoop. Y es ese flashback y parte de después de éste lo que
nosotros como jugadores recorreremos. Nos encontramos de nuevo ante una serie
de objetivos a lo largo del Caribe para conseguir trozos del mapa que llevará a
nuestro ¿aguerrido? protagonista a encontrar el tesoro mientras el malvado
pirata LeChuck, que ha vuelto a la vida como zombi, vuelve para vengarse.
Y sin duda mi punto favorito en general en toda la saga de
Monkey Island es la enorme exploración que realizamos a través de las tres
islas: Scabb, Phatt y Booty. En el primer capítulo nos veremos principalmente
por la primera de las mencionadas islas debido a que uno de los villanos de
turno, el característico Largo, no nos permitirá abandonar la isla hasta que
pongamos fin a su embargo. Y una vez podamos navegar, recorreremos las 3 islas
en busca de los cuatro fragmentos del mapa hacia la isla donde el tesoro Big
Whoop está enterrado. Y es donde os garantizo que está la verdadera diversión
de este juego a la hora de investigar, pasar a la acción y unir todas las
piezas que desembocan en la formación del tesoro. Todo amenizado por el amplio
abanico de personajes en comparación a los del primer juego, que ofrecen más
cantidad y variedad, desde seres grotescos hasta humildes vendedores de
ataúdes.
El gameplay es, básicamente, una versión mejorada de la primera edición especial. Se ve que atendieron las críticas recibidas en el primer juego y adaptaron el sistema, haciendo de este una forma más fluida de interactuar con el entorno y utilizar los objetos, convirtiéndose en uno de los ‘point and click’ más cómodo que existen en este punto. No hay mucho más que comentar de este aspecto técnico porque no es más que un refinamiento de un sistema mejorado.
Saltando ahora al tema de los puzles, pueden ser fácilmente
de los mejores de la saga gracias a este factor que he comentado de la variedad
entre islas. Pensad en esto como un ‘’Cuento de la lechera a lo grande’’.
Iremos consiguiendo objetos en diferentes situaciones que nos ayudarán en otras
islas a resolver los puzles, combinándose en sí mismos de forma de que si
avanzas en uno, avanzarás en otro.
Y hablando de los puzles en sí, sin duda podrían definirse
con una versión bastante más refinada de los del primer juego. Tendrán algunos
pasos más que otros, pero no hay ninguno que te haga decir ‘’esto es demasiado
complejo para entenderlo’’. Quizás, el que más me costó y que más se me ha
quedado sin memoria, es el acertijo de la puerta verde. Un simple acertijo con
un número de dedos que te hará rascarte fuerte la cabeza si te pilla por
sorpresa. Y la lista sigue en puzles llenos de libros, disfraces y magia vudú
capaz de revivir a los muertos.
Porque toda la historia a lo largo de la recolección de los
cuatro trozos nos deja con un sinfín de situaciones pintorescas y personajes
curiosos. Desde míticos en la primera aparición como el vendehúmos de Stan,
personajes que volveremos a ver como Wally o más variopintas celebridades como
el Capitán Dread o el bebedor Rum Rogers Jr.
Y es toda esta picaresca la que caracteriza Monkey Island 2
como una innovación en todos los sentidos respecto al primero, continuando con
los motivos y humor del Secreto y llevándonos de cara a la maldición de LeChuck
la cual tiene un final… Interesante.
ADVERTENCIA: El siguiente párrafo contiene discusión sobre
la última escena del videojuego. Si estás leyendo el artículo sin haber
completado el juego y tu deseo es jugarlo, te recomiendo saltarte el siguiente
párrafo y continuar tras leer la próxima ADVERTENCIA.
El final es algo rompedor que Ron Gilbert, sin duda, supo elaborar con pura maestría. Toda la historia que habíamos visto en los dos primeros juegos no dejó de ser, valga la redundancia, un juego de piratas entre dos hermanos. Uno de ellos interpretaba a Guybrush y el otro a LeChuck. Y a lo largo de dicha escena, podíamos fijarnos en detalles de los que se basaban todo el juego. Sin duda, fue algo que me sorprendió de los pies a la cabeza. Sin duda este tópico de ‘’todo era un sueño’’ no era algo novedoso, pero sí en el mundo de los videojuegos. Y, a pesar de los años que han pasado incluso del lanzamiento de la edición especial, puede sorprender con tanta fuerza y aun así tener sentido, es un final digno de elogio. Porque dar una terminación así a tal épica piratesca es tronchante a la par que adecuado para lo que presenta Monkey Island.
ADVERTENCIA: Aquí termina el párrafo spoiler.
Y me quedan muchas cosas en el tintero que comentar, como
todo el capítulo tercero en la fortaleza de LeChuck. Pero destripar cada puzle
no haría nada más que engordar la lista de razones de porqué los puzles y
entresijos de esta segunda entrega son de los considerados de los más notables
de la saga.
A nivel personal, Monkey Island 2 es mi favorito de las
cuatro entregas que he jugado a fecha de este artículo. Al menos en jugabilidad y caracterización de
personajes. Disfrutar de esta edición especial no es complicado y os recomiendo
todos a hacerlo o rehacerlo si no lo habéis hecho. Coged una buena jarra de
grog al hacerlo y, ¡disfrutad, marineros!
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