Una buena risa de malo. El humor en los Villanos Disney.

 


En la creación de un personaje para una historia, cada fragmento de su personalidad es pensada de forma que encaje como unidad para el propio personaje y también para la historia en su conjunto. Cómo se comportará el personaje ante tal situación y cuáles serán las consecuencias de esto. De estos rasgos de la personalidad, el espectador puede sentir diferentes emociones como alegría, tristeza, furia… y también cambia según la alineación del personaje. Si un personaje es catalogado como ‘villano’, éste será un personaje moldeado para obstruir la meta final y generar en el público sentimientos negativos hacia este personaje, como puede ser la rabia hacia las acciones que este genera. Pero, ¿es capaz un villano de generar un sentimiento positivo? ¡Por supuesto! Y no me refiero únicamente a la admiración que puedas sentir por él por su papel en la trama o sus ideales. El término que voy a tocar hoy es uno que podría catalogar como mis favoritos en la ficción: la comedia. Que un personaje te haga reír o sea tildado como ‘cómico’ es algo a lo que le suelo poner mucha atención. Y, por supuesto, nada puede negar que un villano suelte cierta ocurrencia o acción que te haga reír sin más.

 

Para poder reflejar bien mi punto, poner ejemplos de ello y hacer una clasificación por encima en la relación entre villano y comedia o sentido del humor, he decidido tomar ejemplos de una de los estudios de animación que más villanos ha producido desde hace mucho más de medio siglo: Disney. Si bien son los ya conocidos villanos de las películas o clásicas, o bien antagonistas principales de series de animación, ¡hay bastante donde coger! Iré cronológicamente señalando algunos ejemplos de forma superficial y parándome en ciertos personajes que pueden llevar hasta el humor como bandera. Dicho esto, hora de coger vuestras máquinas del tiempo y retroceder. Un poco, pero no mucho.


 


Para los llamados ‘años de plata’ de los estudios Walt Disney, ya habían existido una serie de personajes que había jugado el papel de villanos. Pero el sentido del humor en ellos era o mínimo o inexistente. Existía el perfil del bruto, por supuesto: ese personaje grandote y bobalicón cuyos actos de malicia quedan reducidos a ciertos gajes. Entran aquí varios personajes de las películas cortas del periodo de entreguerras o el conocido Pete, dueño del barco de vapor y proclamado villano para Mickey Mouse y su pandilla. Pero en cuanto largometrajes, veríamos humor traído de la trágica faceta del temido Capitán Garfio. Este valiente pirata perdió toda su valentía ante un trágico encuentro con el liante de Peter Pan. Lo que vemos los espectadores en pantalla son graciosas escenas de su cobardía ante el cocodrilo que le arrancó la mano o torpes movimientos en su pelea contra el chaval volador de Nunca Jamás. Esta faceta ‘tragicómica’ basada en las patochadas causadas por los villanos se harían recurrentes tanto en villanos principales como Madame Mim, de ‘Merlín el encantador’ o en secundarios como los borricos de Gaspar y Horacio, en ‘101 Dálmatas’. El ejemplo más claro que se me ocurre sería El príncipe Juan, antagonista principal del largometraje animado de 1973 ‘Robin Hood’. Por desgracia, para mí este personaje quizás cae demasiado en bromas recurrentes como para que su humor pueda ser tan ejemplar como otros.

 

Los años pasan en los largometrajes de Disney, como las épocas. Durante los años 80, dentro del hecho que estamos tratando, encontramos un ‘’prólogo’’ curioso de lo que nos vamos a encontrar más adelante: el humor ingenioso, sarcástico y cuidadoso con los juegos de palabras. En ‘Basil, el ratón superdetective’, encontramos como villano principal al profesor Ratigan, que parodia al rival eterno del detective Sherlock Holmes, Moriarty. Es común en él dedicar a su rival y sus lacayos ingeniosos comentarios que pueden sacar una pequeña risita. ¿Por qué llamo ‘’prólogo’’ a esta rata malvada? Porque sería el precedente de ciertos villanos que arrasarían en la época conocida como el ‘Renacimiento Disney’. Los villanos de esta época, aparte de ser los más aclamados por los fans, comparten este sutil sentido del humor basado en frases cortas o ‘one-liner’ chistosas a la par que ocurrentes. Aquí entrarían míticos comentarios como ‘’Estoy en éxtasis’’ de Jafar, o el buen ‘’El primo de un mono’’ de Scar. Pero hay dos ejemplos clarísimos y reyes del humor de esta época: Úrsula y Hades.



 La bruja de mar que debutó en La Sirenita, acompañada de unas ‘’caderas como éstas’’ y una canción bastante pegadiza, toma el relevo de Ratigan para soltar ingeniosos comentarios que es acompañado de graciosos gestos que hacen todo más visual, como ha de ser en una película. Sí, el lenguaje corporal es muy importante a la hora de crear humor y ciertos villanos Disney saben usarlos como ninguno. Pero ninguno como el señor de los muertos que debutó en la película ‘Hércules’. Ya sea el sobresaliente trabajo de James Woods (o en el caso del doblaje español Pep Antón Muñoz), los ocurrentes y satíricos comentarios de ingenio o sus furiosas para a la par cómicas explosiones de ira, Hades podría ser considerado el villano más gracioso de su era. Y lo hace memorable, algo que agradezco mucho al sentido del humor en este aspecto; que, combinado a la maldad, define perfectamente al personaje de Hades y lo hace tan querido por el público.




Los años avanzan en los estudios y no tendría mucho que mencionar puesto que ya están más que establecidos los patrones de villanos en cuanto al nivel de humor que emplean; ya sea total (Alameda Slim en ‘Zafarrancho en el rancho’), de forma ‘’tragicómica’’ (Goop en ‘Descubriendo a los Robinson’) o de forma sutil pero perfectamente orquestada ( Dr.Facilier en ‘Tiana y el sapo’). Pero hay una reina moderna, un poco más longeva que los tres ejemplos anteriores citados, pero con una fuerte baza a su favor: ser la villana de una comedia. Yzma y Kronk, perfectos ejemplos de genio malvado y compinche, son tan hilarantes como los protagonistas (o puede que más para algunos). En Yzma vemos ciertas ‘’fórmulas del éxito’’ para crear un villano cómico: Humor visual, chascarrillos ocurrentes que se repiten el número adecuado de veces y, por supuesto, ‘one-liners’ memorables que perdurarán en la memoria de los que han aplaudido a carcajadas en ‘El emperador y sus locuras’. Y es curioso resaltar la figura del villano cómico: dentro de todos los villanos salvo Yzma y Alameda Slim podrían ser considerados villanos dedicados puramente a la comedia. El resto de villanos solo comparten este rasgo y lo expresan para dar más profundidad al personaje. Pero, ¿eso quiere decir que se nos acabaron los ejemplos? Que va, hay otro medio audiovisual que Disney tocó y que merece su reconocimiento: las series animadas.

 

Pete, villano que mencioné anteriormente, es más conocido como villano cómico gracias a los cortos y a su papel como antagonistas en series conocidas de Disney Channel como House of Mouse. Hay un patrón que repiten mucho las series Disney a la hora de combinar maldad y comedia: cogerían inspiración de los ejemplos presentados a continuación para crear antagonistas que pueden perder de un modo muy cómico, soltar planes disparatados o no ser en su totalidad cómicas pero dominar en el arte de los ‘one-liners’. Un ejemplo de villano de serie Disney actual que entra en esta categoría sería Isidoro Dorado (o Flintheart Glomglod) de la mítica serie Patoaventuras o, más bien, en el reboot de ésta estrenado en 2017. En él vemos a un mezquino y lunático millonario con más tiburones que cerebro y que durante la serie, soltará bastantes frases y momentos humorosos. Pero hay otro ejemplo de villano principal cómico. Y quiero sentenciar que, viéndolo desde el momento que debutó en su serie, no había visto a un villano ser querido tanto por su humor y ocurrencia: El Doctor Heinz Doofenshmirtz, de la serie ‘Phineas & Ferb’.




 Sigue el recurso cómico más común en una serie de animación orientadas para todos los públicos: un esquema en cuanto a su aparición en los capítulos en la que presenta un conflicto que es resuelto por su némesis, Perry el ornitorrinco, y que suele acabar siempre igual. Pero son las ocurrencias de guion y aleatoriedad de estos conflictos los que han dado renombre al científico. Es recordado con cariño sus anécdotas, meteduras de patas y otras facetas de su personalidad que lo hacen entrañable. No tengo otro ejemplo mejor de que un villano cómico puede ser aclamado y querido siempre que sea ingenioso a nivel visual y oral.

 

Y con este pequeño paseo a través de los años, hemos unido el concepto de maldad y comedia en la ficción. Son elementos complementarios que requieren una atención importante a la hora de ser escritos, pues un exceso o una incorrecta selección de chascarrillos pueden desembocar en personajes tiltados como ‘’molestos’’ o ‘’irritantes’’. Disney también ha pecado de esto en mi opinión, como ya he citado con el Príncipe Juan. Pero a su vez me han ayudado a aportar villanos que, en mayor o menor medida, han conseguir hacerme reír y es por esas risas una de las razones por las que atesoro con cariño los momentos que los vi en pantalla.

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